Cuando los perros se relacionan entre ellos sin intervención humana de por medio, la tónica general es la calma y la tranquilidad dentro del grupo. Entre ellos saben comunicarse, tienen las mismas necesidades y viven en función de ellas, se nutren de su entorno y aprenden cual es su lugar dentro de él. Son capaces de anteponer las necesidades del grupo a las suyas propias para que el engranaje social funcione como un reloj suizo. Los pilares principales son la colaboración y el respeto. Esto cambia cuando intervienen las personas. ¿Por qué ocurre esto?. Las causas varían en función del tipo de relación entre el perro y su referente human@. Subestimar al perro, no saber comunicarnos con ellos, intereses personales, utilización de herramientas inapropiadas y un largo etcétera son sólo algunas de ellas.
Mi objetivo es que podamos cambiar la visión que tenemos de nuestros perros para poder lograr esa convivencia gratificante y armoniosa que todos queremos y poder disfrutar de un verdadero amigo.
Respetémosles y hagamos un esfuerzo por entenderles..."se lo merecen".


martes, 16 de diciembre de 2014

El perro nace pero....¿cómo se hace?



Cuando viene al mundo un nuevo cachorro trae grabado, en su ADN, la información necesaria para sobrevivir,  es decir,  los instintos innatos del animal. Estos instintos son exactamente igual para todos los cachorros ya sean salvajes, semisalvajes o domésticos.
El primer instinto que sale a relucir es el de buscar el pezón de su madre para mamar y lo hace mediante el tacto y el olfato, pues nace con la nariz operativa (a los quince días abre los ojos y a los veinte los oídos). Según va creciendo cobran fuerza la curiosidad y las ganas de explorar. Al mismo tiempo y según su temperamento, va buscando su rol en el grupo, mediante los juegos con sus hermanos de camada y las lecciones de la madre. Una vez que adquiere la autonomía suficiente, va superando sus miedos para conocer su entorno y adaptarse a él. Según  va creciendo se hace prioritaria la necesidad de explorar, aparece el instinto sexual, el de buscar alimento y el de proteger el territorio. Todo ello destinado a la supervivencia. Es importante destacar que, en base a  cuales sean sus  experiencias, irá forjando su carácter decidiendo siempre lo que más le conviene. 
En el caso del perro doméstico hay una gran diferencia con sus hermanos salvajes y es que el entorno es completamente diferente.
Muchas de sus necesidades ya  están cubiertas,  no es necesario que salga de caza, tiene un lugar seguro protegido por su grupo humano…..etc. Pero sigue teniendo instintos, los cuales le servirán para irse  adaptando, según se lo vayamos permitiendo, consciente o inconscientemente. Hay que destacar que la mayoría de sus comportamientos estarán marcados por "sus experiencias" y "su entorno". Un perro, independientemente de su raza, no nace agresivo, estresado, ansioso o con ataques de pánico. Estos estados de ánimo surgen por la manera en que el perro  experimenta y asimila su entorno. Aquí cobra mucha fuerza nuestra relación con el animal así como nuestras reacciones ante sus comportamientos. Permitamos que experimente y asimile las cosas a su ritmo. Así aprenderá por sí mismo y con el tiempo se adaptará sin problemas. Cada experiencia vivida por el perro es un aprendizaje. Nuestro principal papel con él debería ser permitirle precisamente eso... que experimente para aprender tanto de sus "errores" como de sus "aciertos".

Míchel Merino. Educación canina






                            

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