Cuando los perros se relacionan entre ellos sin intervención humana de por medio, la tónica general es la calma y la tranquilidad dentro del grupo. Entre ellos saben comunicarse, tienen las mismas necesidades y viven en función de ellas, se nutren de su entorno y aprenden cual es su lugar dentro de él. Son capaces de anteponer las necesidades del grupo a las suyas propias para que el engranaje social funcione como un reloj suizo. Los pilares principales son la colaboración y el respeto. Esto cambia cuando intervienen las personas. ¿Por qué ocurre esto?. Las causas varían en función del tipo de relación entre el perro y su referente human@. Subestimar al perro, no saber comunicarnos con ellos, intereses personales, utilización de herramientas inapropiadas y un largo etcétera son sólo algunas de ellas.
Mi objetivo es que podamos cambiar la visión que tenemos de nuestros perros para poder lograr esa convivencia gratificante y armoniosa que todos queremos y poder disfrutar de un verdadero amigo.
Respetémosles y hagamos un esfuerzo por entenderles..."se lo merecen".


viernes, 30 de diciembre de 2016

Convivir con un perro...RESPETO

Convivir con un perro, BASANDO LA RELACIÓN EN EL VERDADERO RESPETO por el animal, con todo lo que esta "sencilla" palabra significa, implica una  primera fase lenta, (muy lenta) en la que primero, ambas partes, deben habituarse para después, y sólo con el paso del tiempo, poder iniciar el proceso de conocerse. Para profundizar en ese conocimiento mutuo de manera respetuosa es imprescindible que durante todo el tiempo que dure la relación no haya ni imposiciones, ni castigos, ni sobornos por ninguna de las dos partes (en realidad quien normalmente hace esto es,... "el humano"). Necesitamos, de verdad, ser responsables de lo que tenemos entre manos. Nada más y nada menos que un ser vivo con emociones y sentimientos exactamente iguales a los nuestros. 


Respetar al perro como realmente se merece para permitir su correcta adaptación dentro de un entorno humano es una tarea complicada si lo miramos desde la perspectiva de nuestra sociedad occidental actual. Si somos un poco reflexivos nos daremos cuenta rapidamente que todo son trabas  a la hora de permitir dicha adaptación de nuestros perros en nuestro modelo social actual. Entender y respetar los ritmos de desarrollo del perro así como empatizar con él para llegar a confiar el uno en el otro es, sin ninguna duda, la base para construir una relación de verdadero respeto que perdurará en el tiempo. 
Yo entiendo por educación el permitir al perro su correcta adaptación al entorno que le toca vivir mediante el proceso de motivar su aprendizaje a través de sus propias experiencias.
Los castigos, los sobornos o las órdenes no tienen cabida en esta filosofía.
Por otro lado, hoy en día, un perro doméstico tiene el alimento, un techo donde dormir y cuidados veterinarios asegurados dándole la posibilidad de vivir más tiempo que otros perros vagabundos que no tienen estos privilegios, sí, pero... ¿a qué precio?. Creo que estaremos de acuerdo en que vivir bajo la tutela, el control o la supervisión de una persona hoy en día y según están las cosas en nuestra sociedad implica para el perro, en muchísimas ocasiones, perder algo que no tiene precio. LA LIBERTAD.

El tipo de sociedad en la que vivimos lleva demasiado tiempo aferrada con la idea de que hay que adiestrar al perro para que (entre otras cosas) "sea educado". No tiene nada que ver una cosa con la otra. Adiestrar no es otra cosa mas que enseñar habilidades mediante entrenamiento para lograr diferentes objetivos en beneficio de las personas controlando al animal, existiendo hoy en día diferentes métodos. Se utilizan castigos y premios dependiendo de los conocimientos y habilidades de la persona encargada del adiestramiento. Estas técnicas están basadas en teorías del aprendizaje que fueron desarrolladas en la primera mitad del siglo xx en un contexto diferente al actual y han ido evolucionando con diferentes resultados hasta hoy. Esto es lo que, en general, entendemos por educación canina y lo que la mayoría de las personas ni se cuestiona


                       

La sociedad occidental actual, en general, no tiene el tiempo necesario para convivir de forma armoniosa con un perro. Buscamos, en muchas ocasiones, recetas milagrosas para solucionar algún problema de comportamiento de nuestro perro en lugar de implicarnos lo necesario con un animal con una serie de inquietudes naturales según el periodo de desarrollo en el que se encuentre. Muchas veces no sabemos, o no podemos, cubrir las necesidades más básicas del animal. No entendemos, y por lo tanto no podemos respetar, las diferentes etapas de desarrollo del perro, su correcta alimentación, su descanso, su sexualidad, la exploración adecuada, el valor que supone para el animal la toma de decisiones propias. como se relaciona...etc Sin dar a un perro la oportunidad de cubrir adecuadamente todo esto no puede haber ni un correcto desarrollo social ni una buena adaptación. O lo que es lo mismo...una correcta educación
El primer "gran obstáculo" para lograr esa armonía con un animal tan especial como es "nuestro amigo" somos nosotros mismos, es decir, nuestra forma de pensar. Estamos inmersos en un sistema en el que realmente creemos que para que las cosas funcionen medianamente bien es necesario poner normas estrictas y controlarlo todo. Es lo que aprendemos desde pequeños, generación tras generación. Vivimos obsesionados por tener el control de todo lo que nos rodea para así sentirnos ¿seguros? Hemos crecido con ello. Esta forma de pensar está grabada a fuego en la mente colectiva. No nos lo cuestionamos y la aplicamos en todas las facetas de nuestra vida, incluyendo "como no" el trato que le damos a nuestro perro. Por otro lado, nuestros muchos miedos y la falta de confianza en el perro son algunos de los factores que nos hacen actuar de esta manera para tener nosotros esa sensación de que todo está en su sitio y controlado, pero si nos parásemos a pensar y sobre todo, nos pondríamos en el lugar del perro, nos daríamos cuenta de que nuestro "compañero" no necesita en absoluto que estemos todo el día controlándolo. Observemos su proceso natural y símplemente dejemos que entienda su entorno a su ritmo para sentirse seguro y así, dependiendo de su edad, seguir ampliando mediante la exploración ese círculo. Permitir que el animal experimente, independientemente de que, para nosotros, acierte o se equivoque en sus decisiones, es lo que le hará crecer y, lo que es más importante, le permitirá aprender.
Un perro equilibrado o estable emocionalmente es aquel que sabe desenvolverse en todas las situaciones que se encuentra en su día a día independientemente del entorno en el que viva. Nuestra manera actual de educar al perro va en contra de ese proceso de aprendizaje natural de todos los animales, es decir, experimentar y comprender por sí mismos el mundo que les rodea para sentirse seguros en él y actuar en consecuencia. 
No veo ninguna lógica cuando alguien dice que un perro educado es aquel que obedece nuestras órdenes. Simplemente es un perro adiestrado. 
El perro educado es precisamente el que no necesita órdenes a la hora de convivir con un humano. 
Los perros, cuando tienen la oportunidad, toman decisiones propias como revolcarse, acercarse o no a otro perro, comer carroña, perseguir bichos, olisquear durante horas, holgazanear... se adaptan al medio y aprenden a sobrevivir en él realmente bien. Pero cuando ya interviene el ser humano... todo esto cambia de forma radical. Pensemos un poco en el por qué de esta "casualidad"

Es necesario dar un paso al frente y comenzar a tratar a nuestros compañeros de viaje, los perros, como realmente se merecen.

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