Cuando los perros se relacionan entre ellos sin intervención humana de por medio, la tónica general es la calma y la tranquilidad dentro del grupo. Entre ellos saben comunicarse, tienen las mismas necesidades y viven en función de ellas, se nutren de su entorno y aprenden cual es su lugar dentro de él. Son capaces de anteponer las necesidades del grupo a las suyas propias para que el engranaje social funcione como un reloj suizo. Los pilares principales son la colaboración y el respeto. Esto cambia cuando intervienen las personas. ¿Por qué ocurre esto?. Las causas varían en función del tipo de relación entre el perro y su referente human@. Subestimar al perro, no saber comunicarnos con ellos, intereses personales, utilización de herramientas inapropiadas y un largo etcétera son sólo algunas de ellas.
Mi objetivo es que podamos cambiar la visión que tenemos de nuestros perros para poder lograr esa convivencia gratificante y armoniosa que todos queremos y poder disfrutar de un verdadero amigo.
Respetémosles y hagamos un esfuerzo por entenderles..."se lo merecen".


domingo, 16 de octubre de 2016

El prometedor futuro de la educación canina


Yo creo en la educación canina  pero desde un punto de vista muy diferente a lo que hoy en día conocemos como “educación canina”.

Es importante que entendamos de donde viene el sistema de educación actual en el mundo occidental que tenemos los humanos para poder entender la “educación” que aplicamos hoy en día a nuestros perros domésticos.

Todo comenzó hace más de un siglo. Me estoy refiriendo a la revolución industrial del siglo diecinueve. Se pasó en muy poco tiempo de una sociedad rural a una mucho más urbana. El desarrollo tecnológico fue brutal y la renta per cápita se disparó como jamás en la historia de la humanidad. A consecuencia de este cambio se hizo necesario preparar a la población para que encajara en el nuevo sistema económico y así poder sostenerlo. Poco a poco se fueron diseñando programas en los que se preparaba a las personas para trabajar en fábricas durante largas horas con pocos o ningún derecho y que se sustentaban en el miedo a través de órdenes para controlar a los operarios siempre bajo supervisión y presión constantes. Esos programas fueron adoptados en la educación en las escuelas. Los profesores eran los amos y señores en las aulas. Controlaban, ordenaban, imponían e incluso castigaban a los alumnos. Quien no destacaba estaba condenado a trabajar toda su vida como un robot en alguna de esas fábricas y quien sí destacaba se sumaba a ese tipo de personas que hacían todo lo posible por mantener ese sistema para así poder seguir manteniendo su nivel de vida y su estatus social. Es fácil entender que  se incentivaba la competitividad (y por lo tanto el egoísmo) entre los estudiantes para destacar dejando de lado otros valores como la cooperación, la generosidad, la confianza… en otras palabras… se ignoraba algo tan importante como es el respeto hacia los demás. Se promovía el “sálvese quien pueda”.

En este tipo de contexto social, se hicieron una serie de descubrimientos  en lo referente a la modificación de conductas de los perros basados en métodos de presión (miedo o castigos). Aparecieron personajes como el psicólogo Jhon B. Watson (fundador del conductismo)  o como Paulov  (reflejo condicional) y skiner (teoría del aprendizaje) entre otros.  Este último venía a decir, a grandes rasgos,  que una conducta que suponía algún malestar o perjuicio  para el perro tendía a desaparecer y que la que suponía algún beneficio para el animal tendería a repetirse. Se ignoraban por completo todos los demás factores que influyen en la vida de cualquier ser vivo como pueda ser el entorno, las experiencias individuales o algo tan importante como son las emociones y los sentimientos del perro. Al estar totalmente condicionado por el hombre, el animal era incapaz de algo de vital importancia para el correcto desarrollo y la verdadera felicidad de todo ser vivo como es…. tomar decisiones propias.

Este pensamiento ha llegado hasta nuestros días incorporándose además teorías tan absurdas sin ningún tipo de rigor como el show  televisivo el líder de la manada o la teoría de la dominancia, esta última  desmentida incluso por el propio autor original, David Mech. 
En la actualidad la gran mayoría de educadores y adiestradores caninos utilizan métodos conductistas para enseñar cosas al perro con el único objetivo de tenerlo controlado o poder beneficiarse de ellos. Esta es la herencia que nos ha quedado del concepto de educación y que hemos incorporado en nuestra relación con los perros. Educamos a nuestros hijos (y a nuestros perros) como nos han educado a nosotros mismos desde siempre. Somos víctimas de un sistema obsoleto en el que para muchas personas es difícil cambiar o adoptar nuevas ideas pero… 

la sociedad está cambiando

Poco a poco un nuevo modelo de pedagogía infantil está comenzando a abrirse paso. En ella prima el niño como individuo y se incentivan cosas como que vaya descubriendo las cosas por sí sólo y se asombre con ellas. Eso le da la motivación suficiente para querer profundizar más en lo que realmente le gusta. Ya no se trata de competir sino de descubrir lo que le gusta y por lo tanto…."querer aprender".
Valores como la cooperación salen a flote. Son niños que saben tomar decisiones. Son seguros de sí mismos y saben afrontar las cosas como les van viniendo. Ya no se trata de competir sino  que se incentiva la colaboración. Conocen el significado de la palabra respeto.

Esto es precisamente lo que hacen todos los animales con sus crías incluidos, por supuesto, los perros. Primero protegen a sus cachorros y cuando  van creciendo les van dejando explorar su entorno más inmediato para que tras su curiosidad inicial se asombren y después  lo entiendan y puedan sentirse seguros en él. Eso les da pie a seguir explorando para ampliar su radio de acción. Los adultos tienen muy clara esta filosofía de vida y son acompañantes y observadores del proceso.  La madre, al igual que los adultos del grupo, no interviene en sus acciones a no ser que sea totalmente necesario por la seguridad del cachorro. Estos perros llegan a la edad adulta habiendo aprendido por ellos mismos a tomar decisiones y a entender el entorno que les ha tocado vivir así como las normas sociales del grupo. Esa es la base de, entre otras muchas cosas… la felicidad.

Quienes respetamos realmente a los perros deberíamos tomar ese modelo educativo natural en los animales.
Yo he vivido toda mi vida con perros y compruebo cada día que, lo mismo que las perras con sus cachorros, cuanto menos intervenimos en sus acciones y les permitimos experimentar  y que tomen sus propias decisiones, mejor llega el animal a la edad adulta. Se convierte en un perro confiado pero prudente, sabe desenvolverse en todas las situaciones cotidianas que ya conoce y es capaz de  resolver de manera muy aceptable las nuevas. Tiene la base adecuada para irse adaptando a nuevas experiencias. Son perros tranquilos que se preocupan por el bienestar del grupo y evitan los conflictos. Son perros relajados, tranquilos…son perros felices.

La observación sin juzgar, la comunicación, respetar las necesidades del perro en cada etapa de su vida, permitirle que tome sus propias decisiones (aunque a veces no nos gusten) y la confianza es lo único que nos permitirá forjar una relación duradera y sostenible en el tiempo con nuestro compañero perruno. Eso es lo que se llama respeto. No se trata de controlar al perro por nuestros miedos, inseguridades o porque lo digan o nos lo vendan algunos “grandes profesionales”.

Ellos son perros y nosotros humanos. No creo que la mejor manera de convivir con “el mejor amigo del hombre” sea intentando controlar todos y cada uno de sus movimientos  a base de castigos o de sobornos y aprovecharnos de alguna de sus muchas cualidades para nuestro beneficio. 

Tenemos una niña de 7 meses. Desde que nació convive con perros. Muchos perros. Su madre y yo somos los únicos responsables de que la niña crezca con unos u otros valores y hay uno en concreto que estamos convencidos de que le vamos a inculcar y es  respeto con mayúsculas a la naturaleza y a cualquier ser vivo y, como no….RESPETO A LOS PERROS


Míchel Merino. Educación canina

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta web