¡QUIERO UN PERRO!

¿Estás seguro de que quieres un perro?                                               

Te voy a contar algo.                                                                                                                                                   Si te haces cargo de un perro asumiendo y siendo plenamente consciente de la responsabilidad que eso conlleva, te va a cambiar la vida. Elegirás el que mejor se amolde a tu estilo de vida. Eso te hará vivir experiencias con él increíbles, vas a sentir el amor verdadero de un ser vivo hacia ti, serás capaz de hacer cualquier cosa por él, y él por ti, vas a conocer el verdadero significado de la palabra amistad, lealtad, cariño, amor… es muy posible que te enseñe a vivir valorando otras cosas.

Suena bien ¿verdad? ¡claro que sí!. Pero hay que hacerlo bien para que esto ocurra, no existen los milagros. Todos tenemos un motivo a la hora de hacernos cargo de un perro. Analiza con tranquilidad ese motivo. Cada persona tiene el suyo propio pero antes de dar el paso definitivo deberíamos pensárnoslo ¡¡Y MUCHO!!.  Hazte esta pregunta, ¿sabes qué es un perro?
Lee con atención: 
Un perro, cachorro o adulto, es un ser vivo con sentimientos iguales a los nuestros al que podemos hacer muchísimo daño si no nos involucramos en lo referente a su bienestar de la manera correcta. Para empezar  vas a tener que gastarte un montón de dinero al año en comida, veterinario, accesorios, imprevistos..etc.

Vas a tener que cambiar tus rutinas diarias y amoldarlas a cada etapa del animal. Cuando es cachorro tienes que estar “todo el día” pendiente de él para ir mostrándole tus normas de convivencia, es decir, lo que tu permites y no permites en tu casa. Perderás, al principio, horas de sueño aunque tengas que madrugar al día siguiente. Lo tienes que sacar a la calle cada poco tiempo para que no te manche la casa de cacas y pises. Aún así te tocará muchas veces limpiarlas, Recuerda, es un cachorrito. Lo tienes que llevar contigo a que conozca tu entorno, para que lo vaya entendiendo poco a poco y pueda adaptarse. Tendrá muchos miedos, tienes que estar atento para ayudarle a gestionarlos. Con esto quiero decir que te tienes que informar (y mucho) en aprender sobre perros y, si es necesario, contratar a un profesional para que te ayude. Aun así tendrá cambios de comportamiento impredecibles. Habrá veces que te parecerá que está descontrolado llegando  a pensar que “no puedes con él” y te frustrarás. Tienes que aprender a tener paciencia y saber calmarte. Tendrás que dar paseos por el campo (adaptados a su edad) para que explore y se ejercite.

Un perro, desde que nace hasta que se hace mayor, nueve o diez años, tiene una energía inagotable y tú eres quien se tiene que encargar de que la administre de la manera correcta. Debes permitirle relacionarse con otros perros. Se revolcará en excrementos, comerá porquerías del suelo (manjares para él), algunas veces no te hará caso cuando le llames y te alterarás, quizás te salga peleón….”pero debes calmarte”. 
Entonces llegará a la edad adulta, cómo lo haga… ¡Sólo dependerá de ti!. En esta etapa de su vida tienes que seguir estando con él (paseos, rutinas, experiencias..etc). 
Llegará a la vejez y tienes que seguir estando con él. Con sus achaques de abuelete y visitas continuadas al veterinario. Con un perro no tendrás “ningún día de descanso” mientras viva. “NINGUNO”. Piénsalo muy detenidamente ¡por favor!.Si no estás dispuesto o no puedes cumplir alguna de estas tareas (Y HAY MUCHAS MÁS), NO TENGAS UN PERRO. 

Tu no sufrirás y el animal tampoco.
Tienes otras opciones. 
En todas las ciudades tenemos protectoras llenas de perros abandonados por sus dueños que no tuvieron en su día en cuenta esto que os estoy contando.  Se puede ir días sueltos a estar con ellos un rato e incluso pasearlos. Si te gustan los perros pero no puedes tenerlo en las condiciones óptimas por la razón que sea, esta puede ser una buena opción (incluso puedes ser casa de acogida temporal). Merece la pena pensarlo ¿no crees?. Ten en cuenta que tu perro reflejará en ti tu grado de implicación con él. Tu perro reflejará en ti vuestro tipo de relación. Tú perro es tu reflejo lo mires por donde lo mires.


Responsabilizarse de un perro no es ninguna broma.


Míchel Merino. Educación canina