El perro y cualquier especie animal, necesita una dieta
equilibrada para estar en plenas condiciones tanto físicas como mentales. Sólo
hay una manera de lograr que TODOS los nutriente necesarios que nuestro “amigo”
necesita lleguen a su cuerpo y es dándole de comer aquello para lo que su estómago ha sido
preparado durante miles de años de evolución.
Comida totalmente natural y cruda. ¿La palabra CRUDA asusta? Por
supuesto que sí. Eso se lo debemos a las grandes compañías de pienso para
perros. ¡Gracias majos!. ¡Sin comentarios! ¡no quiero perder el tiempo hablando
de ellas! Os puedo contar mi experiencia con la carne CRUDA. TODO VENTAJAS. Y
entre ellas una que, cuando lo compruebas con tus propios ojos, te saca de
cualquier duda y acaba con todos los miedos infundados que tenemos. He visto
muchos perros que habían sido alimentados siempre a base de piensos
“buenísimos” y en su día el propietario “probó” a ver qué pasaba si cambiaba
esa dieta por una natural. Los resultados…espectaculares. Más vigor, mejor
carácter, menos enfermedades…¡SALUD!. El último que me pasó fue con un Yorsay de
9 años. Tras cambiar a la dieta natural después de toda una vida comiendo pienso,
en la última visita rutinaria al veterinario, este le comentó a la propietaria
que era la vez que mejor le habían salido los resultados de la analítica. Lo
dijo un profesional de la salud. Para hacer estas dietas no es necesario
estudiar una carrera, basta con cuatro nociones básicas y utilizar el sentido
común.
Mi perra “Nuka” pesa 25 kilos y tiene un año y ocho meses. Desde que
llegó a casa come todo de manera natural, variado y CRUDO. Conoce al
veterinario ¡de oídas!. Os voy a dejar los ingredientes que yo utilizo para
preparar esta dieta y así os podéis hacer una idea en caso de que queráis
probar:
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60% de huesos carnosos y crudos de esqueleto de pollo,
conejo, costillas, colas, espinazo o cartílago de cualquier animal.
30% de carne de cordero, ternera, caballo, pollo, cerdo,
conejo..etc. Pescado como atún,
sardinas, merluza..etc . Vísceras como corazón de ternera de cordero o de vaca,
pulmones, hígados, esófago.. de cualquier animal. Se puede ir añadiendo o
variando con ingredientes como huevos de
ave crudos(incluida la cáscara) yogurt natural(sin azúcar)o queso fresco. Ten
en cuenta, para que pierdas el miedo a las bacterias dañinas, que lo que compro
para mi perra lo hago en los lugares donde compro para mí, es decir, la carne
ha pasado unos controles de calidad muy rigurosos para poder llegar a nuestra
mesa.
10% de puré de verduras como alubia verde, espinacas,
borraja, berza…etc. La verdura es lo único que cuezo un poco para romper sus
fibras ya que el aparato digestivo del perro no está preparado para esa labor y
crudas no las asimilaría. Las verías en sus heces igual que cuando se las
comió, sin digerir. Es bueno añadir frutas variadas(manzana, pera, plátano,
naranja..etc) , pimiento verde, ajo o zanahoria.
No es necesario volvernos locos con los porcentajes. La
clave está en que la dieta sea básicamente de carne o pescado, pero añadiendo
siempre un poco de los demás ingredientes y aplicando el sentido común, es
decir “VARIEDAD”. La cantidad que le demos es muy fácil de controlar
simplemente observando a nuestro perro. Una manera de controlar su peso es
palpándole las costillas. Si se las notas sin esfuerzo, está en su peso. Y como
con las personas, siempre es mejor que el perro tienda a estar delgado que
gordo. Evitaremos muchos problemas derivados de la obesidad. No nos pongamos escusas como el tiempo o el
dinero a la hora de alimentar a nuestro perro doméstico. Yo me gasto una media
al mes de 60 euros en comida y prepararla para quince días (trocear, empaquetar
y congelar) me cuesta lo que dura un enriquecedor programa de televisión del
estilo de “Sálvame”. Cuida de tu perro ¡por favor!
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